¿se debe de revisar a los pasajeros musulmanes?
El debate acerca de fichar al pasaje aéreo se reavivó después del complot islamista frustrado para volar 10 aviones en Londres el 10 de agosto. La triste realidad es que, debido a una mezcla de inercia, negación, cobardía y corrección política, los servicios de seguridad aeroportuaria occidentales - con la notable excepción de los de Israel - continúan buscando principalmente herramientas de terrorismo, al tiempo que ignoran en gran medida al pasaje.
Escribe Daniel Pipes que, aunque desde el 11 de Septiembre han tenido lugar algunos progresos, la mayor parte implica el escrutinio de las acciones de todos los pasajeros. Por ejemplo, en el 2003, la Administración de Seguridad en el Transporte, encargada de proteger los aviones americanos, inició un sistema de fichado del pasaje conocido como Monitorización de Pasajeros mediante el Técnicas de Observación, o SPOT, que funciona hoy en 12 aeropuertos americanos.
Adoptando técnicas utilizadas por el Servicio Aduanero de los Estados Unidos y por la seguridad aeroportuaria israelí, SPOT es, según la portavoz de la TSA Ann Davis, "el antídoto del fichado racial". Dependiente del "reconocimiento de patrones de comportamiento", dirime, dice, "niveles extremadamente altos de estrés, miedo o rabia". Los agentes de SPOT observan a los pasajeros desplazándose por el aeropuerto, con agentes de la TSA en busca de síntomas físicos tales como sudoración, postura rígida o puños en tensión. Un vigilante inicia entonces la conversación con "objetivos seleccionados" y plantea preguntas inesperadas prestando atención al lenguaje corporal en busca de signos de respuestas no naturales. La mayor parte de los seleccionados son desechados inmediatamente pero alrededor de un quinto son entrevistados por la policía.
Tras el complot en Londres, las autoridades británicas han instituido un curso rápido de SPOT, aprendiendo directamente de sus homólogos americanos.
Elaborando este enfoque, un ordenador israelí, llamado Cógito, utiliza algoritmos, software de inteligencia artificial y principios de polígrafo para discernir a los pasajeros con "intenciones hostiles". En las pruebas llevadas a cabo con grupos de control, la máquina señaló incorrectamente a un 8% de pasajeros inocentes como amenazas potenciales y dejó escapar a un 15% de los que interpretaban a terroristas.
Mientras los métodos que tienen por objetivo a toda la población tienen valor general - SPOT sí descubre a los pasajeros con visados falsificados, tarjetas de identidad falsas, billetes de avión robados o diversas formas de contrabando - su utilidad para el contraterrorismo es dudosa. Los terroristas entrenados para responder preguntas de manera convincente, evitar la sudoración y controlar el estrés deberían ser capaces de evadir el sistema.
Los retrasos en los vuelos después del complot frustrado en Londres provocaron un gran debate acerca de la necesidad de centrarse en la fuente del terrorismo islamista y fichar a los musulmanes. En palabras de un editorial del Wall Street Journal, "el retorno a cualquier tipo de normalidad en los viajes va a exigir que la seguridad aeroportuaria realice un mejor trabajo de separación de los pasajeros de alto riesgo de lo que son amenazas improbables".
Este argumento está ganando fuerza. Una encuesta reciente concluye que el 55% de los británicos apoya el fichados del pasaje que tiene en cuenta "la procedencia o la apariencia", con apenas el 29% en contra. Lord Stevens, exdirector de Scotland Yard, aprueba centrarse en los varones musulmanes jóvenes. The Guardian informa de que "algunos países de la UE, Francia y Holanda en particular, quieren... introducir controles explícitos sobre los pasajeros musulmanes".
Un político de Wisconsin y dos del estado de Nueva York salieron en defensa de un fichado similar. El presentador de Fox News Bill O'Reilly sugiere que "se debería hablar con todos" los pasajeros musulmanes de edades comprendidas entre los 16 y los 45. Mike Gallagher, uno de los presentadores de programas radiofónicos de debate americanos más populares, quiere "una fila [de pasajeros] exclusivamente musulmanes" en los aeropuertos. Un escritor propone incluso "meter a los musulmanes en un avión y meternos al resto de nosotros en otro distinto".
El Departamento británico de Transporte presuntamente quiere introducir el fichado de pasajeros que incluye tener en cuenta la procedencia religiosa. Las noticias procedentes de los aeropuertos británicos indican que esto ya ha comenzado - en ocasiones por parte de otros pasajeros.
Tres conclusiones emergen de este debate. En primer lugar, puesto que todos los terroristas islamistas son musulmanes, sí existe la necesidad de un enfoque sobre los musulmanes. En segundo lugar, nociones tales como "filas exclusivas de musulmanes" en los aeropuertos son inútiles; el lugar de eso, la información de Inteligencia debe conducir los esfuerzos para extraer a los musulmanes con una agenda islamista.
En tercer lugar, las posibilidades de que el fichado centrado en los musulmanes sea implementado ampliamente son nimias. Como observa el mismo editorial del Wall Street Journal: "el hecho de que hayamos estado a un pelo de perder 3000 vidas sobre el Atlántico no evita aún que la corrección política se interponga en el camino de la seguridad inteligente".
Observando el impacto limitado que tuvo perder 3000 vidas en el 2001 y según mi hipótesis de "educación mediante asesinato" consistente en que la gente despierta ante el problema del Islam radical solamente cuando corre la sangre, predigo que el fichado eficaz solamente entrará en vigor cuando una cifra mucho mayor de vidas occidentales se hayan perdido, digamos, 100.000.
Escribe Daniel Pipes que, aunque desde el 11 de Septiembre han tenido lugar algunos progresos, la mayor parte implica el escrutinio de las acciones de todos los pasajeros. Por ejemplo, en el 2003, la Administración de Seguridad en el Transporte, encargada de proteger los aviones americanos, inició un sistema de fichado del pasaje conocido como Monitorización de Pasajeros mediante el Técnicas de Observación, o SPOT, que funciona hoy en 12 aeropuertos americanos.
Adoptando técnicas utilizadas por el Servicio Aduanero de los Estados Unidos y por la seguridad aeroportuaria israelí, SPOT es, según la portavoz de la TSA Ann Davis, "el antídoto del fichado racial". Dependiente del "reconocimiento de patrones de comportamiento", dirime, dice, "niveles extremadamente altos de estrés, miedo o rabia". Los agentes de SPOT observan a los pasajeros desplazándose por el aeropuerto, con agentes de la TSA en busca de síntomas físicos tales como sudoración, postura rígida o puños en tensión. Un vigilante inicia entonces la conversación con "objetivos seleccionados" y plantea preguntas inesperadas prestando atención al lenguaje corporal en busca de signos de respuestas no naturales. La mayor parte de los seleccionados son desechados inmediatamente pero alrededor de un quinto son entrevistados por la policía.
Tras el complot en Londres, las autoridades británicas han instituido un curso rápido de SPOT, aprendiendo directamente de sus homólogos americanos.
Elaborando este enfoque, un ordenador israelí, llamado Cógito, utiliza algoritmos, software de inteligencia artificial y principios de polígrafo para discernir a los pasajeros con "intenciones hostiles". En las pruebas llevadas a cabo con grupos de control, la máquina señaló incorrectamente a un 8% de pasajeros inocentes como amenazas potenciales y dejó escapar a un 15% de los que interpretaban a terroristas.
Mientras los métodos que tienen por objetivo a toda la población tienen valor general - SPOT sí descubre a los pasajeros con visados falsificados, tarjetas de identidad falsas, billetes de avión robados o diversas formas de contrabando - su utilidad para el contraterrorismo es dudosa. Los terroristas entrenados para responder preguntas de manera convincente, evitar la sudoración y controlar el estrés deberían ser capaces de evadir el sistema.
Los retrasos en los vuelos después del complot frustrado en Londres provocaron un gran debate acerca de la necesidad de centrarse en la fuente del terrorismo islamista y fichar a los musulmanes. En palabras de un editorial del Wall Street Journal, "el retorno a cualquier tipo de normalidad en los viajes va a exigir que la seguridad aeroportuaria realice un mejor trabajo de separación de los pasajeros de alto riesgo de lo que son amenazas improbables".
Este argumento está ganando fuerza. Una encuesta reciente concluye que el 55% de los británicos apoya el fichados del pasaje que tiene en cuenta "la procedencia o la apariencia", con apenas el 29% en contra. Lord Stevens, exdirector de Scotland Yard, aprueba centrarse en los varones musulmanes jóvenes. The Guardian informa de que "algunos países de la UE, Francia y Holanda en particular, quieren... introducir controles explícitos sobre los pasajeros musulmanes".
Un político de Wisconsin y dos del estado de Nueva York salieron en defensa de un fichado similar. El presentador de Fox News Bill O'Reilly sugiere que "se debería hablar con todos" los pasajeros musulmanes de edades comprendidas entre los 16 y los 45. Mike Gallagher, uno de los presentadores de programas radiofónicos de debate americanos más populares, quiere "una fila [de pasajeros] exclusivamente musulmanes" en los aeropuertos. Un escritor propone incluso "meter a los musulmanes en un avión y meternos al resto de nosotros en otro distinto".
El Departamento británico de Transporte presuntamente quiere introducir el fichado de pasajeros que incluye tener en cuenta la procedencia religiosa. Las noticias procedentes de los aeropuertos británicos indican que esto ya ha comenzado - en ocasiones por parte de otros pasajeros.
Tres conclusiones emergen de este debate. En primer lugar, puesto que todos los terroristas islamistas son musulmanes, sí existe la necesidad de un enfoque sobre los musulmanes. En segundo lugar, nociones tales como "filas exclusivas de musulmanes" en los aeropuertos son inútiles; el lugar de eso, la información de Inteligencia debe conducir los esfuerzos para extraer a los musulmanes con una agenda islamista.
En tercer lugar, las posibilidades de que el fichado centrado en los musulmanes sea implementado ampliamente son nimias. Como observa el mismo editorial del Wall Street Journal: "el hecho de que hayamos estado a un pelo de perder 3000 vidas sobre el Atlántico no evita aún que la corrección política se interponga en el camino de la seguridad inteligente".
Observando el impacto limitado que tuvo perder 3000 vidas en el 2001 y según mi hipótesis de "educación mediante asesinato" consistente en que la gente despierta ante el problema del Islam radical solamente cuando corre la sangre, predigo que el fichado eficaz solamente entrará en vigor cuando una cifra mucho mayor de vidas occidentales se hayan perdido, digamos, 100.000.
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