El circo que hizo ahmadinejad con los marinos ingleses
El Dr Wallid Phares analiza como en un acto de relaciones publicas bastante cinico Ahmadinejad salvo su cara de el desastre y como todo ese circo ayudo a distraer a la opinion publica de las sanciones (muy ridiculas eso si)que se le acaban de poner al regimen irani por su proyecto nuclear
El Plan B de Ahmedinijad: el circo continúa(Publicado en RealClearPolitics, 6 de abril de 2007)
Con la decisión de liberar a los 15 marineros británicos, el Circo Ahmedinijad reanuda sus funciones. Cambiando de "larga crisis " a "golpe propagandístico sensacional", la poderosa maquinaria propagandística jomeinista ha puesto un punto y final mejor a la crisis de los rehenes: liberarlos ahora y apostar con fuerza por su "clemente liberación". De ahí que el nuevo debate a nivel mundial en las primeras horas de este día hable de mulás "liberando" al personal británico, y no ciertamente de las demás noticias cruciales, desde las sanciones de la ONU por el enfrentamiento nuclear hasta los operativos iraníes detenidos en Irak, pasando por la oposición nacional a Ahmedinijad. La guerra de imágenes está en marcha, es poderosa, y se encuentra aún en manos de Teherán y de la poderosa maquinaria de relaciones públicas al servicio del régimen.
El abrupto cambio de dirección gestado por los legisladores jomeinistas, de crisis a largo plazo a solución sorpresa, es el producto del contundente consejo de la maquinaria de relaciones públicas, radicada en su mayoría en Occidente, que se dio cuenta de lo catastrófico que habría sido prolongar la crisis de los rehenes. Ahmedinijad tendría tiempo, pero sus asesores se daban cuenta de que la operación había sido llevada ante el tribunal de la opinión pública mundial, y por tanto había que desistir o cambiar. Pero ¿por qué pidieron los asesores (en su mayoría contratados en Occidente) a los mulás que liberasen a los británicos de una vez y utilizar la decisión para ventaja del régimen? He aquí las razones muy objetivas y de peso:
1. Simplemente porque los cimientos detrás de esta operación puntual fueron sistemáticamente erosionados en cuestión de una semana: múltiples análisis expusieron el papel de la Inteligencia iraní en Irak, la deserción del personal militar iraní, y el incremento de las protestas dentro del país, explicando lo que el régimen estaba intentando acallar. La aparición de este análisis tanto en medios árabes como en occidentales privó a las relaciones públicas iraníes de su "justicia". Pocos en todo el mundo creen aún que a los mulás les preocupase alguna violación de aguas iraníes. Todo estaba relacionado con crear un incidente internacional con el que huir de las realidades de arriba. De ahí que los arquitectos de imagen aconsejasen un cambio de dirección con rapidez.
2. Además, la gestión iraní de "la operación de los rehenes" estaba cometiendo error tras error a los ojos de sus publicistas profesionales. Mostrar a los rehenes en televisión, exhibirlos, obligar a la soldado a llevar el pañuelo y grabarla mientras fuma, obligar después a los marinos capturados a escribir cartas y leer discursos televisados, fue la peor acción que "los captores" podrían haber hecho. La dirección adoptada por los gestores de la detención era cada vez más insostenible para el régimen. Vieron su potencial y la reacción occidental a él: no había simpatía internacional hacia la noticia iraní de "irrumpir en aguas soberanas", sino cada vez más frustración con "el problema jihadista" de Ahmedinijad.
3. Una vez que los verdaderos objetivos de la operación empezaron a circular en los medios de todo el mundo, el margen de maniobra iraní se reduce drásticamente. Cuando se comprendió en gran medida lo que los mulás querían hacer con los rehenes a lo largo del tiempo, la capacidad del régimen para sorprender al público con acciones circenses se vino abajo: la mayor parte de las futuras acciones potenciales se dieron a conocer con anticipación, privando así a los jomeinistas de la capacidad para ser "creativos". Puesto que la mayor parte de estos escenarios fueron "descubiertos", no se aconsejaba seguir; todas las opciones posibles de estudiantes pro-régimen manifestándose, dispersión de los rehenes, más videos o mediadores occidentales aterrizando en Teherán para atacar a Londres y Washington pasaron a ser obsoletas. Mientras que es cierto que Teherán ganó la primera ronda del torneo desviando la atención internacional a "la crisis de los rehenes" en lugar de las sanciones de la ONU, a causa de su veloz recurso a las maniobras comprometidas, Ahmedinijad estaba a punto de perder toda la guerra psicológica con sus enemigos.
En la práctica, los críticos políticos de Gran Bretaña y Occidente habrían sido completamente desacreditados de haber empezado a hacer lo que estaba previsto que hicieran: visitar a los rehenes y culpar a sus países de origen. Los rumores dicen que se negaron a meterse en una batalla perdida por la opinión pública. De ahí que el genial cerebro detrás de las operaciones mundiales de Teherán hiciera sonar la alarma: detener la operación y recurrir al plan B.
4. Lo que impulsó el cambio de dirección fue una pequeña nota al pie de los análisis de que cualquier acción tomada contra los marineros británicos, especialmente operando bajo mandato de la ONU, sería considerada para futuras acciones legales internacionalmente. Como subrayé en diversas entrevistas en la materia a lo largo de toda la crisis, cualquier maltrato, abuso de los derechos humanos, y hasta los protocolos judiciales "jomeinistas" se considerarían como material de acción contra el régimen y los autores materiales frente a tribunales internacionales. Las empresas internacionales de relaciones públicas que asesoran al régimen iraní en la escena internacional saben que esto es un tema muy peligroso. Se descubriría que no solamente los mulás, sino también "mercenarios occidentales" han estado involucrados en esta violación del derecho internacional, una acción devastadora que podría poner en el punto de mira a los grupos interesados que respaldan y asesoran a Ahmedinijad en materia de comunicación y diplomacia.
En cuanto a la imagen general, como argumenté en mi análisis previo de la crisis, la práctica de crear impresiones frente al Reino Unido, Estados Unidos y las fuerzas regionales en contraposición con la élite jomeinista de Teherán es un juego bastante arriesgado. Es muy posible que la directiva iraní entendiese el riesgo al revisar tanto las reacciones a corto como a largo plazo: hablar de apoyar a la oposición de Irán es en sí mismo aterrador para el régimen. El premio por detener a 15 marinos, con todo el circo que Teherán estaba montando, no vale el apoyo por parte de los adversarios a las cuatro etnias importantes dentro de Irán y los diversos movimientos sociales que se oponen a la élite. El riesgo era demasiado elevado para un escenario dilatado en el tiempo; tenía que modificarse la dirección.
En conclusión, ¿cuál es la nueva dirección?
En primer lugar, el Presidente Mahmoud Ahmedinijad "se deshace" de los marineros, pero del modo más publicitado posible: una enorme conferencia de prensa, concesión de premios a "los captores", apoyo a "los cautivos", todos los ingredientes de una película de segunda. Los marineros se disculpan de nuevo, agasajan al régimen, posan para las cámaras y son enviados de vuelta a su país. Eso es lo que los medios internacionales publican como imágenes del final de este episodio. Para lo que los efectivos militares y la mujer en particular puedan decir después, la maquinaria propagandística dispondrá de todo el tiempo -- y el dinero -- del mundo para silenciar y ocuparse de ello.
En segundo lugar, la "buena nueva" permite que Ahmedinijad utilice inmediatamente las declaraciones preparadas para el largo cautiverio. En lugar de un regalo al pueblo británico por Navidad, se ha preparado como "regalo de Pascua". Teológicamente, está tocando fibras sensibles de la fe cristiana, dado que los cristianos creen que Cristo "ascendió" al cielo, no "falleció", como dijo Ahmedinjad. Pero son solamente detalles religiosos menores. Probablemente, los asesores del Presidente iraní no estuvieran preparados para liberarlos en unas pascuas religiosamente "complicadas", sino en unas Navidades universalmente aceptadas. Otro pequeño detalle ideológico.
Ahmedinijad criticó a Gran Bretaña por "desplegar a la marino de la Reina Faye Turney en el Golfo, uno de los detenidos"; según informaba AP, es madre de un hijo. Ahmedinijad decía: "¿Cómo pueden justificar tener una madre lejos de su casa y de sus hijos? ¿Por qué Occidente no respeta los valores familiares?" Una declaración muy interesante viniendo del régimen que envió a morir a un millón de niños en los campos de minas durante la guerra Irán-Irak con llaves para el Paraíso colgando del cuello: un régimen que dispone de unidades femeninas especiales para combatir a los infieles y que apoya el uso de mujeres terroristas suicida, incluyendo las casadas con hijos.
Más interesante es el hecho de que Ahmedinijad sienta tanta compasión por las mujeres británicas que eligen libremente servir a su país, y no sea compasivo con las mujeres iraníes, a las que oprime. Hace unas cuantas semanas encerraba a muchas mujeres persas en la cárcel, las torturaba y las obligaba a abandonar su búsqueda de libertad. Faye Turney pertenece al tipo de mujeres que le dan miedo: simboliza a la mujer libre que a pesar del hecho de ser madre, ha decidido prestar servicio a miles de millas de su país en total igualdad con los hombres.
A continuación el Presidente iraní se mete en el meollo de la cuestión: la detención por parte de fuerzas norteamericanas de un buen número de operativos iraníes acusados de actividades terroristas dentro de Irak. A lo largo de los últimos meses, las fuerzas de la Coalición han detenido a un buen número de colaboradores iraníes operando dentro de Irak. Uno de ellos es un diplomático "iraní", Jalal Sharafi. Ahmedinijad, difundiendo sus emociones sobre el caso, decía "si hubiéramos querido cambiar a Jalal Charafi por el resto de los británicos, tendríamos que haberle canjeado por 100.000". La corta oración es reveladora: 15 marineros británicos a cambio de operativos terroristas iraníes.
La arriesgada aventura iraní fue inteligentemente diseñada, pero pobremente ejecutada. Parece existir un vacío entre "los arquitectos" (tanto dentro como fuera de Irán) y la mediocre ejecución de los planes por parte de Ahmedinijad. Al principio, Irán tuvo éxito sacando de plano el debate de las sanciones de la ONU y después ejecutando una grotesca mascarada con la que Teherán estuvo a punto de provocar un desastre. Ahí es cuando los asesores sugirieron rápidamente un remedio, pasar al plan B de golpe. Esto salvó a Ahmedinijad por los pelos del inminente desastre. Pero el abrupto giro podría ser reciclado para escudar al régimen de la campaña potencial por parte de la comunidad internacional. Si la élite jomeinista es lo bastante inteligente y no tan ideológica, podría ganar más tiempo para sus futuros planes. Como ha manifestado la crisis de los rehenes británicos, los relaciones públicas pueden hacer milagros, pero los líderes de mentalidad inflexible pueden echar a perder el mejor de los planes.
Ahora Teherán ha puesto punto y final al primer acto del circo, atajará sus pérdidas, y pasará al segundo acto. Una teoría alternativa, que merece la pena explorarse, afirma que los estrategas iraníes tenían las dos opciones preparadas. Un largo cautiverio si la Coalición no acepta el intercambio, y una versión corta si es aceptado. Pero sin importar cuál haya sido la teoría, nos seguimos encontrando en el continuo circo de Ahmedinijad.
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